Viviendo el verano en "modo cristiano"

"Nuestros ojos están en el Señor, esperando su misericordia" (Salmo 122:2).

Querida familia de la Parroquia, con el inicio del verano, muchos de nosotros comenzamos a hacer planes para descansar y desconectar de nuestras rutinas diarias. Sin embargo, como cristianos, debemos recordar que este tiempo de descanso también puede ser una oportunidad para “reconectar” con nuestra fe y fortalecer nuestra relación con Dios.

El verano es un momento perfecto para buscar esos ratos de silencio y oración que a menudo nos faltan durante el año. Las Eucaristías diarias en nuestra parroquia son una ocasión muy hermosa para encontrar ese espacio de paz y comunión con el Señor. Luz tenue, silencio, Sagrario… ufff. Participar en la misa, recibir la Eucaristía y aprovechar la oportunidad de confesarnos nos ayuda a mantener nuestro corazón alineado con el de Cristo. Recordemos el ejemplo del joven San Juan, que en la Última Cena se recostó en el pecho de Jesús, escuchando los latidos de su corazón. Ojalá nuestro verano sea así: un tiempo para recostarnos en el corazón de Jesús y escucharle en el silencio de la oración.

Y el verano nos brinda ese tiempo adicional para la lectura y la reflexión. Os animo a que dediquéis tiempo a leer la vida de los santos, por ejemplo, que nos inspiran y nos guían en nuestro camino de fe, o a coger el Nuevo Testamento, el libro de los Hechos de los Apóstoles…

San Francisco Javier, por ejemplo, nos muestra cómo vivir con celo misionero, llevando el mensaje del Evangelio a todos los rincones del mundo. Su vida es un testimonio de entrega total a la misión de Cristo. No desconectemos de Dios.

Santa Teresa de Calcuta, conocida por su labor incansable con los más pobres de los pobres, nos enseña que el verdadero amor se encuentra en el servicio desinteresado a los demás. Su frase "Ama hasta que te duela" nos desafía a vivir una vida de amor auténtico y sacrificio. No desconectemos de la caridad con los hermanos.

El Beato Carlo Acutis, un joven que utilizó la tecnología para evangelizar y difundir su devoción a la Eucaristía, nos muestra que la santidad es posible en nuestra era moderna. Carlo decía: "La Eucaristía es mi autopista al Cielo". Que este testimonio nos anime a buscar a Jesús en el Santísimo Sacramento, especialmente durante este tiempo de verano. No desconectemos de los Sacramentos.

Durante el verano, muchos de nosotros participamos en diversas actividades: algunos hacen el Camino de Santiago, otros disfrutan de deportes, senderismo, o comparten momentos con amigos y familiares en nuestras fiestas patronales como las dedicadas a la Virgen del Carmen, a Santiago patrón de España, nuestro patrón El Salvador, o el día de la Asunción. Todas estas actividades, más allá de ser recreativas, pueden convertirse en momentos de encuentro con Dios si las vivimos con una actitud abierta y receptiva.

Si hacemos el Camino de Santiago, podemos ver cada paso como una peregrinación hacia el corazón de Cristo, meditando sobre nuestras vidas y nuestro camino espiritual. El deporte y el senderismo pueden ser momentos de agradecimiento a Dios por la belleza de la creación y por el don de la salud. Las fiestas y celebraciones en torno a la Virgen del Carmen y la Asunción de María son ocasiones para reforzar nuestros lazos comunitarios y nuestra devoción mariana.

Este verano, os invito a que busquemos momentos para profundizar en nuestra relación, precisamente, con ellos, con Jesús y María. Puede ser a través de la oración del Rosario, meditando los misterios de la vida de Cristo con la ayuda de nuestra Madre o caminando hacia Fuensanta. O tal vez encontrando un rato cada día para leer y reflexionar sobre las Escrituras, permitiendo que la Palabra de Dios penetre profundamente en nuestros corazones, mientras tomamos el fresco de la noche... y mil cosas más que seguro que se os ocurren.

Así pues, que este verano sea un tiempo de verdadero descanso, no solo para el cuerpo, sino también para el alma. Vivamos en armonía, en familia, con los vecinos, aprovechando cada segundo para encontrarnos con el Señor en la oración, la lectura, y en la belleza de la creación. Que nuestros ojos permanezcan siempre en el Señor, esperando su misericordia, y que este tiempo sea una oportunidad para reavivar nuestra fe y renovar nuestro espíritu.

Que María, nuestra madre de los Remedios, nos acompañe y guíe en este camino de fe, y que todos los santos intercedan por nosotros para que podamos vivir este verano en modo cristiano, recostados en el corazón de Jesús.

Con cariño en Cristo,

Rvdo. Fernando J. zapata