Origen de la devoción de los “Miércoles a San José”.
El miércoles fue consagrado a San José en reconocimiento a su papel único en la historia de la salvación: esposo de la Virgen, padre virginal de Jesús y custodio de la Sagrada Familia.
Esta práctica fue fomentada especialmente por santos como San Pedro Julián Eymard, San Alfonso María de Ligorio y por las órdenes religiosas dedicadas a San José. El Papa Pío IX, gran defensor de esta devoción, promovió su expansión como forma de honrar al Santo Patriarca semanalmente y obtener su intercesión constante.
Significado espiritual de dedicarle los miércoles.
Dedicando cada miércoles a San José, el fiel manifiesta:
1º Que reconoce su autoridad espiritual y paternal sobre la Iglesia.
2º Que desea colocarse bajo su patrocinio cada semana.
3º Que quiere imitar sus virtudes y vivir su presencia espiritual en la vida cotidiana.
4º Que acude a él como guardián del alma, del hogar y del trabajo.
¿Qué cosas puedo hacer para practicar la devoción de los Miércoles a San José? (las que sean posibles).
A) Asistir a la Santa Misa
Si puedes, ofrece la Misa del miércoles por una intención específica bajo su patrocinio: la familia, la conversión de los hijos, el trabajo, la buena muerte, la vocación, etc.
B) Rezar oraciones especiales a San José. En la parroquia, tras la Misa rezaremos la Letanía a San José.
C) Practicar una virtud josefina ese día. Ofrecer tu jornada con espíritu de trabajo, silencio interior, pureza de intención o servicio a los demás, como lo haría San José.
D) Encender una vela en su honor. Coloca una vela junto a su imagen y enciéndela con devoción, pidiendo su presencia espiritual.
E) Consagrarte o renovar tu consagración semanalmente. Puedes terminar el día renovando tu consagración personal a San José, ofreciéndole tus obras, tu familia y tus luchas espirituales.
F) Practicar una obra de caridad en su nombre. Como buen padre, San José se complace cuando ayudamos a los necesitados. Puedes hacer un pequeño acto de misericordia espiritual o material ese día, especialmente por alguien pobre, desempleado o en dificulta.
Frutos espirituales de la devoción de los “Miércoles a San José”.
1. Fortalecimiento de la vida espiritual: Dedicando un día a la semana a San José, el alma se forma en constancia, recogimiento interior y perseverancia en la fe.
2. Protección especial y continua: Es una devoción que mantiene la protección de San José activa y renovada semanalmente, como un manto que se despliega sobre el alma, la familia y el trabajo.
3. Ayuda concreta en el trabajo y la economía: San José, como patrono de los trabajadores, favorece con su intercesión a quienes lo honran en su día con devoción. No son pocos los testimonios de ayudas providenciales y soluciones inesperadas al rezarle fielmente.
4. Formación en las virtudes josefinas: Vivir cada miércoles con la intención de imitar a San José moldea el carácter cristiano: enseña a vivir en el deber cotidiano, en el silencio fecundo, en la pureza del corazón y en la obediencia confiada a la Providencia.
5. Preparación para una buena muerte: Cada miércoles vivido con San José es un paso más hacia una muerte en gracia, amparada por el mismo que expiró en los brazos de Jesús y María. Su patrocinio final es una de las gracias más preciosas.
Oración breve para comenzar el miércoles:
“Oh glorioso San José, me consagro a ti en este día que la Iglesia te dedica. Guía mis pensamientos, protege mi alma, bendice mi trabajo y acompáñame en cada paso. Que bajo tu amparo camine con Jesús y María hasta el Cielo. Amén.”
LETANÍA A SAN JOSÉ
San José, ruega a Jesús que venga a mi corazón y lo inflame de caridad.
San José, ruega a Jesús que venga a mi inteligencia y la ilumine.
San José, ruega a Jesús que venga a mi voluntad y la fortalezca.
San José, ruega a Jesús que venga a mis pensamientos y los purifique.
San José, ruega a Jesús que venga a mis afectos y los ordene.
San José, ruega a Jesús que venga a mis deseos y los dirija.
San José, ruega a Jesús que venga a mis acciones y las bendiga.
San José, haz que Jesús me done su Santo Amor.
San José, haz que Jesús me dé la imitación de sus virtudes.
San José, haz que Jesús me dé la verdadera humildad de espíritu.
San José, haz que Jesús me dé la paz del alma.
San José, haz que Jesús me dé el santo temor de Dios.
San José, haz que Jesús me dé el deseo de la perfección.
San José, haz que Jesús me dé la dulzura de carácter.
San José, haz que Jesús me dé un corazón puro y caritativo.
San José, haz que Jesús me dé la gracia de soportar con paciencia los sufrimientos de la vida.
San José, por el amor que le diste a Jesús ayúdame a amarlo de verdad.
San José, haz que Jesús me dé un corazón puro y caritativo.
San José, haz que Jesús me dé la gracia de soportar con paciencia los sufrimientos de la vida.
San José, por el amor que le diste a Jesús ayúdame a amarlo de verdad.
San José, recíbeme y protégeme como tu fiel devoto.
San José, yo me pongo en tus manos, acéptame y socórreme.
San José, no me abandones en la hora de mi muerte.
Amén.
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