Queridos cofrades y fieles de La Roda: La Semana Santa vuelve a nuestra vida como un río de gracia que nos envuelve con el amor infinito de Cristo. Es el tiempo en el que el corazón se estremece al contemplar el sacrificio del Señor, su entrega sin medida, su mirada de amor que atraviesa el dolor y nos conduce a la esperanza. "Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos" (Jn 15,13).
Este año, la Cofradía del Santo Rostro la Verónica preside nuestras celebraciones, y con ella, el gesto humilde y valiente de aquella mujer que, en medio del camino del Calvario, se atrevió a desafiar el miedo y la indiferencia. En un simple paño quedó grabado el rostro de Cristo, testimonio vivo de que quien se acerca a Él con amor jamás queda vacío, sino transformado. "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer, o sediento y te dimos de beber?... En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí me lo hicisteis" (Mt 25,37-40).
Semana Santa es encuentro, es silencio que habla, es cruz que salva. Es el momento en que nuestras calles se llenan de fe, de lágrimas contenidas, de oración sincera. En cada imagen que procesiona, en cada esfuerzo de los cofrades, en cada paso que se da con devoción, el amor de Dios sigue latiendo en nuestro pueblo.
Nuestra parroquia nos abre las puertas para vivir intensamente estos días santos. Os invitamos a todos a participar en los Oficios, momentos cumbre donde revivimos la entrega de Cristo en la Última Cena, su Pasión y su Muerte en la cruz. Y como culmen de nuestra fe, la gran Vigilia Pascual, en la que la luz de Cristo Resucitado rompe la oscuridad y nos llena de vida nueva. Que nadie se quede fuera de este gran Misterio de Amor.
Agradecemos a todas las cofradías su entrega y testimonio. Y de manera especial, a la Cofradía del Santo Rostro la Verónica, por recordarnos que la fe no se esconde, que el amor es valiente y que el rostro de Cristo brilla en cada gesto de entrega.
Vivamos esta Semana Santa con un corazón abierto, sin miedo a dejarnos tocar por la Pasión del Señor. Que María, la Madre Dolorosa, nos sostenga en el camino y nos ayude a esperar con fe la alegría de la Resurrección.
Con afecto en Cristo,
Los sacerdotes de La Roda.
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