¡¡Queridos feligreses, querido pueblo de La Roda!
¡¡Felices fiestas en honor a El Salvador!! Nuestro Patrón, nuestro hermano y maestro Jesucristo. Titular de nuestra querida Parroquia. Cuánto tenemos que aprender y profundizar de la Transfiguración del Señor.
Nuestra parroquia es mucho más que un lugar de encuentro los domingos. Nuestra parroquia tiene que ser un hogar abierto a todos, un lugar donde se cultive el diálogo, la cercanía y el amor desinteresado, siguiendo el ejemplo de Jesucristo. Un espacio donde hemos de encontrar la fuerza y el consuelo de la oración para enfrentarnos a los desafíos de la vida, donde cada uno de nosotros sea acogido con los brazos abiertos y donde la comunidad sea verdaderamente una familia en la fe.
La parroquia es, por tanto, el corazón del pueblo, el punto de referencia en nuestras vidas donde encontramos la presencia viva de Cristo en la Eucaristía y en la comunidad de hermanos que nos rodea. Es un lugar de oración y adoración, pero también de servicio y entrega desinteresada. En tiempos de celebración y de dificultad, la parroquia está ahí, ofreciendo su apoyo y su amor incondicional a todos los que lo necesitan. Y eso, simplemente, porque tú formas parte de ella, porque "la Transfiguración nos enseña la importancia de la oración, nos revela que la contemplación de la gloria divina nos transforma y nos prepara para afrontar los momentos difíciles con fortaleza y esperanza”, como bien nos enseña San Juan Pablo II.
Durante estas festividades, nos reunimos en torno a la Eucaristía solemne en honor a El Salvador, donde renovamos nuestro compromiso con Cristo y con nuestra comunidad. La procesión por las calles de nuestro pueblo es un momento especial de comunión, alegría y vida en familia, y que se proyecta especialmente en la Tómbola solidaria de Cáritas, haciéndonos recordar aquella frase de Santa Teresita, patrona de las misiones: “Quiero pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra”.
Por eso, vuestros sacerdotes soñamos con un pueblo que viva su fe con la ayuda de la Virgen de los Remedios, nuestra patrona, que nos acompaña en nuestro camino de discipulado y nos protege con su amor maternal. Soñamos con un pueblo donde el amor y el perdón sean los pilares fundamentales de nuestra convivencia diaria, donde cada persona sea valorada y respetada como hijo de Dios.
Por eso, en estos días de celebración, recordemos el mensaje de Jesucristo, la Buena Noticia del Evangelio, que nos llama al amor sincero y desinteresado: "Amarás al prójimo como a ti mismo", para que la Esperanza y el Amor de Cristo nos guíen en cada paso que demos como pueblo y como parroquia.
Gracias a Dios, tendremos unas fiestas muy hermosas, donde podremos reencontrarnos, sonreír y celebrar juntos la grandeza de nuestra tradición, de nuestra cultura y de nuestra Fe como pueblo.
Estamos alegres y os felicitamos por estas fiestas en honor a El Salvador. ¡¡Felices Fiestas 2024!!
Fernando J. Zapata y José Valtueña
Vuestros sacerdotes.
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