Saluda de nuestros sacerdotes.
Querida familia:
Un año más, nuestra Virgen de los Remedios viene a visitarnos. Y no es una visita cualquiera, porque este 2025 estamos viviendo el Año Jubilar de la Esperanza, un tiempo de gracia en el que María se nos hace aún más cercana para recordarnos que Dios nunca abandona a sus hijos, para recordarnos que nunca te abandona.
La Esperanza es mucho más que un sentimiento: es la certeza de que, aun en medio de las tormentas, Dios camina con nosotros. Y María, que creyó contra toda esperanza, es para nosotros faro en la noche y consuelo en el cansancio. Su presencia en nuestro pueblo de La Roda, año tras año, es como un susurro del cielo que nos dice: “No estás solo, estoy contigo”.
¡Cuánta gente mayor, con su bastón o en silencio, acude cada día a mirarla a los ojos y a hablarle con el corazón! Ella acoge a todos: al que tiene fuerzas y al que ya solo puede rezar en la intimidad de su casa. María nos sostiene en la vida y nos señala el camino de la Esperanza. Ese camino que nunca decepciona.
En este año jubilar, os invitamos a mirar a nuestra Parroquia. Es la casa común donde nace y crece la vida cristiana. Como nos decía San Juan Pablo II: «¡No tengáis miedo! Abrid, más todavía, abrid de par en par las puertas a Cristo». La Parroquia abre cada día sus puertas para acoger, para consolar, para alimentar la fe... para ofrecernos a todos ese camino de esperanza en comunidad. Es el hogar donde María también habita y nos lleva de la mano a Jesús.
Durante estos días, nuestro pueblo se transforma. Las calles, los balcones, los corazones... todo se prepara con mimo para recibir a la Virgen. Queremos los sacerdotes agradecer especialmente a la Cofradía de la Virgen de los Remedios el inmenso trabajo que realiza para que esta estancia brille con mayor belleza y devoción cada año. Gracias por custodiar y transmitir esta fe viva que tanto bien hace a nuestra gente.
Y a vosotros, jóvenes, os decimos con cariño: abrid el corazón a esta esperanza. No tengáis miedo de seguir a Cristo. Como decía el beato Carlo Acutis: «La Eucaristía es mi autopista al cielo». Que la Virgen, «la única mujer en mi vida», decía, os ayude a descubrir el verdadero tesoro que es vivir con Jesús y para los demás.
María guarda en su corazón la historia de cada uno de sus hijos. María guarda en su corazón tu historia, por eso este año jubilar es una oportunidad única para renovar la esperanza y dejarte abrazar por su ternura.
Que Dios os bendiga y que nuestra Madre de los Remedios os guarde siempre bajo su manto.
Con todo nuestro cariño y bendición,
Vuestros sacerdotes
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